Los macacos de Gibraltar son los únicos primates salvajes no humanos de Europa, que crían en medio del ajetreo de la ciudad. A medio mundo de distancia, en Bonaire, los padres de los flamencos pasan seis semanas construyendo un nido en espera de sus polluelos. Lo que une a estas dos especies, entre otras, es el reconocimiento instintivo de la importancia de la vida familiar, y lo mucho que harán para preservarla y celebrarla.

Frente a la desembocadura del Misisipi, una rara raza de ciervo chino ha encontrado un nuevo hogar -y una nueva esperanza- para su asediada especie. Más al este, la tortuga gopher, una de las expertas excavadoras de la naturaleza, se recupera del catastrófico declive de su población provocado por la invasión humana y la pérdida de su hábitat. Siga los emocionantes esfuerzos por revivir algunos de los imperios animales menos conocidos.

Frente a la costa meridional de Australia, un grupo de canguros grises occidentales disfruta de la vida en la Isla de los Canguros, libre de depredadores y acertadamente llamada así. Más al sur se encuentra Phillip Island, refugio de la especie de pingüino más pequeña del mundo. Viaje a algunos de los enclaves naturales más acogedores del mundo animal.

A veces, la supervivencia de una especie depende de habitar una zona que no es la suya. Desde la omnipresente rata parda hasta las focas del muelle 39 de San Francisco y los zorros voladores del sureste de Australia, conozca a los invitados no deseados de la naturaleza que han encontrado la forma de imponerse en entornos nuevos e improbables.

Mientras que los elefantes marinos y los caribúes que atraviesan la tundra son viajeros impresionantes, las mariposas monarcas pueden ser las migradoras más sorprendentes de todas. El suyo es un viaje intergeneracional en el que ponen sus huevos en la ruta, mueren y dependen de su descendencia para terminar el viaje. Acompáñenos a trazar un mapa de sus épicos viajes.

Cuando los animales domésticos escapan a la naturaleza, algunos vuelven a sus orígenes y prosperan. Desde los burros salvajes de Bonaire hasta los cerdos asilvestrados de las Bahamas, pasando por los caballos salvajes de Assateague, todos ellos han tenido éxito al recuperar antiguos códigos de vida social. Pero, ¿podrá su nuevo entorno mantenerlos para siempre?