Akane acaba de quedarse descompuesta y sin novio porque este le ha sido infiel en el juego de rol que frecuentan. Entre miseria, rabia y depresión, Akane intenta salir del pozo hasta que se cruza con Yamada, una leyenda en el juego.

Akane se despierta en casa de Yamada. ¿Qué hace en su casa? ¿Tanto bebió la noche anterior? Su vida no deja de saltar de desgracia en desgracia.

Akane intenta conocer a un nuevo chico con la ayuda de su amiga Momo, pero ella no deja de pensar en sus amigos de Forest of Savior. Cuando la Princesa Ruri le dice que quiere conocerla en persona, decide que es momento de desvirtualizarla.

Akane está reunida en la vida real con la gente de su gremio, pero aparte de a Yamada solo cree reconocer a Princesa Ruri... Pero eso es lo que ella cree. ¿Y quiénes son esos otros dos hombres?

Runa odia a Akane. Apareció de la nada, parece que le gusta Yamada y además le puede robar a su preciado grupo de amigos, su gremio, así que decide engañarla en su supuesta cita.

Runa sigue avanzando en su relación con Akane, pero cuando a esta se le rompe la máquina que usa para jugar online, necesitará la ayuda de Yamada. ¿Qué mejor momento para intentar que Akane y Yamada se acerquen más?

Yamada acude a arreglar su máquina a Akane, lo que deriva en varias situaciones curiosiosas, desde Yamada encontrándose con alguien del pasado de nuestra protagonista a Akane descubriendo que ahora podrá jugar bastante mejor a FoS.

Llega el festival escolar al que Yamada invita a sus compañeros de gremio, pero Akane descubrirá que una broma puede llevar a situaciones... inesperadas.

Mientras Akane se plantea su relación con Yamada, aunque sea de forma inconsciente, Runa descubre que hay una emergencia seria en el gremio: ¡Yamada ha ofrecido unirse a una compañera de clase que juega a FPS con él!

Akane se pone muy enferma, pero para suerte de nuestra protagonista, Yamada acude en su ayuda.

Llega la chica nueva al gremio y Akane no pudo conocerla el primer día porque estaba enferma. Ahora tendrá su primer contacto, pero luego de todos los cuidados que le proporcionó Yamada, ¿de verdad no sienten nada el uno por el otro? Para Momo es algo impensable.

Akane por fin está dispuesta a admitir que siente algo por Yamada, así que habla del tema con Eita y con Momo. El consejo de Eita, quien se alegra por ella, es sencillo: ser muy directa con el despistado de su amigo.

La relación entre Akane y Yamada se estrecha, pero a Yamada le espera otra declaración de amor. ¿Podrán unir sus corazones los dos protagonistas o dejarán que sus miedos se interpongan?