Un encargo anónimo lleva a Romi a fotografiar un encuentro orquestado por un magnate del puerto de Bilbao. Romi se vale de su discapacidad auditiva y sus singulares habilidades para lograr su objetivo, pero será su madre quien tenga que sacarla del atolladero. Tras estudiar las imágenes y tirar del hilo, Alaia comienza a sospechar que la explosión que mató a su marido pudo no ser accidental.

Romi y Nere se enfrentan a un nuevo servicio en la agencia Kodea: esclarecer si los padres de una niña con una enfermedad rara y que recaudan fondos para tratarla están en realidad cometiendo una estafa. El carácter autosuficiente e improvisador de Romi choca con el de su disciplinada y metódica ayudante, quien será clave para resolver el caso.

La responsable de una asociación que ayuda a personas con discapacidad auditiva, por la que Romi pasó un tiempo, ha sido asesinada. La hija sorda de la víctima ha encontrado el cadáver y Romi y Nere son requeridas por la Ertzaintza para interrogarla. De esta manera Romi ha de trabajar junto a Alaia en un caso que se vuelve muy personal.

Mientras su familia se prepara para un homenaje público en honor a Bixente, Romi no solo se ha enterado de que su padre fue infiel, sino que salta la noticia a los medios de su posible implicación en una trama de corrupción portuaria. En mitad del caos personal, Romi investiga junto a Nere el robo de un cuadro en una familia enfrentada por una herencia multimillonaria.

Al tiempo que su madre se enfrenta a la suspensión por haber atropellado a un periodista, lo cual merma sus posibilidades de ser la futura comisaria, Romi trabaja junto a Nere en el peculiar caso del asesinato de un hurón.

Romi y Nere han de esclarecer el desconcertante caso de un hombre que ha amanecido con un tatuaje en la cara sin explicación. La incomodidad entre ellas por el beso que Nere plantó a Romi crece cuando esta decide pedirle ayuda a su novio para el caso, situación que traerá a Leo problemas con la Ertzaintza.

Una sangrienta amenaza mafiosa remueve a toda la familia y hace que Romi ponga distancia con Vero, la abogada que trajo el encargo anónimo sobre Egiluze y que se niega a romper su secreto profesional. El nuevo caso en la agencia lleva a Romi y a Nere al Club de Remo que fue presidido por Bixente, generando en Romi más luces y sombras sobre la figura de su padre.

Romi y Alaia aún han de asimilar el hecho de que Bixente tuviera un hijo con Pilar, la mujer de su mejor amigo e hija de Egiluze, mientras cada una enfrenta una dolorosa investigación. Romi trata de esclarecer si ha sido un accidente o no. Nere es su gran apoyo y, tras la ruptura con su novia, deberá decidir si revela a Romi sus verdaderos sentimientos por ella.