Luisita y Amelia están a punto de firmar un papel ante notario que les unirá en lo bueno y en lo malo… es la nueva compra de su piso. Es el primer paso para hacer realidad los sueños de Luisita: pedir matrimonio a Amelia nada más pasar el umbral de la casa pero al llegar allí se encuentran con un contratiempo inesperado: su piso ha sido okupado. Dentro está José Antonio, un joven simpático y encantador, aficionado al Cosmos y a la física cuántica que no tiene intención de marcharse, está encantado con la nueva casa que acaba de encontrar. De esta manera, el caos se instala en la vida de estas chicas, que no les queda otra que comenzar a vivir dentro de su camión de mudanza.

Las chicas visitan a los padres de Amelia para darles la gran noticia de que se van a casar. La Ledesma quiere tender lazos con Tomás, su padre, un hombre de principios clásicos que no termina de entender el amor entre dos mujeres. Devi, la madre, les recibe con gran cariño y no tarda en congeniar con Luisita. El padre está entregado a la construcción de su Belén, Luisita intentará ayudarle y acercarse a él. Las chicas no van a tenerlo fácil aunque tienen claro que están dispuestas a seguir adelante y buscar su felicidad. En paralelo, Nacho intenta razonar y hacer entender al okupa de su marcha pero el desparpajo de José Antonio pronto le hace ver que va a ser complicado.

Comienzan a llegar las primeras facturas de la hipoteca, además de los gastos habituales. Las chicas tienen que ponerse las pilas y buscar un trabajo mejor. Para que Amelia consiga su sueño de ser actriz, Luisita está dispuesta a sacrificarse por ella. Decide presentarse a una prueba de selección que le enfrentará a una imprevisible y disparatada dinámica de grupo. Por su parte Amelia solo consigue la propuesta de una ETT, que le lleva a presentarse disfrazada de payaso en una fiesta infantil… ¿Podrán sacrificarse la una por la otra sin que esto les pase factura a su relación?. ¿Comenzará a resentirse la convivencia?. Por su parte, Nacho se siente incómodo, el pensamiento de María sigue estando demasiado presente en él. José Antonio le plantea un dilema ¿y si su subconsciente le esté enviando un claro mensaje?

Amelia y Luisita han encontrado un trabajo con el que seguir adelante. En el call center, la Gómez conoce a LAIA, que acaba de dejar a su chica y no pasa por buen momento. Entre ellas se inicia una buena amistad. En el plató, Amelia conoce a ALBA, la ex de Laia y también intenta animarla. Ambas parejas parecen ser los dos extremos de una misma relación, Luisita y Amelia siguen reafirmando su amor pero, ¿es suficiente en sus circunstancias? porque José Antonio sigue sin intención de marcharse de su casa y los planes de boda no parecen avanzar. Mientras, el predictor indica nuevamente a Marina que no está embarazada y decide ir al ginecólogo.

Luisita y Amelia reciben la inesperada visita de MARI CARMEN, amiga de la infancia de la Gómez. Viene para organizarles una fiesta de despedida, qué esperaban, no querrían casarse sin celebrarlo antes… Su llegada arranca una pequeña aventura entre Amelia y Mari Carmen, cuando Luisita desaparece en mitad del evento y ambas han de salir a la calle a buscarla. La amiga saca a la luz las dificultades que atraviesan las protagonistas, su vida no está siendo tan idílica como habían imaginado. Mientras, María y Marina mantienen esa conversación pendiente. Marina cree que Nacho sí quiere tener hijos pero no con ella precisamente.

Los pequeños desajustes emocionales del día anterior comienzan a mostrar su huella. Luisita afronta otra aburrida jornada de trabajo, parece haber perdido la ilusión en su vida hasta para ver los modelitos de novia que Amelia le envía a su teléfono. Esto provoca el enfado de la Ledesma, que le reprocha su apatía y desinterés. Luisita explota, son demasiadas cosas, la hipoteca, el trabajo, el piso, la boda… y nada está saliendo como ella esperaba. Amelia no se calla, también se siente mal pues sabe que Luisita está renunciando a todo por ella… ¿y si deciden romper con sus planes de boda? Marina organiza unas vacaciones, Nacho se sorprende ¿y el programa de fertilidad?. Marina le habla abiertamente: no seguirá adelante hasta que él no esté preparado para cuidar de un hijo. Nacho cree que María ha tenido algo que ver en ese cambio de idea y acude a su casa para hablar con ella. Y Fran se presenta en el camión de las chicas con una inesperada sorpresa.

La vida de Luisita y Amelia parece haberse instalado en el caos, mientras que la Gómez comienza a meter las cajas del camión al portal de su nuevo piso, Amelia está en casa Ledesma, triste tras la muerte de su padre. Luisita decide ir a buscarla, se siente mal sin ella. Amelia la recibe con agrado aunque siente que algo se ha enfriado. Luisita tendrá que esforzarse, tal vez el camino no esté siendo como habían imaginado pero lo importante no es cómo se empieza sino cómo se llega al final. ¿Retomarán de nuevo sus planes estas chicas? Nacho se siente culpable por lo sucedido con María el día anterior pero regresa a su casa con Marina. En este episodio, será María quien hable con José Antonio sobre el principio de incertidumbre y ese hecho de no saber muy bien el motivo por el que suceden las cosas.

Luisita y Amelia están en el ayuntamiento, dispuestas a contraer matrimonio civil, a punto de adentrarse en una nueva etapa en su vida. En paralelo, sus padres les están organizando la celebración de la boda en casa Ledesma. Las chicas suben al coche y en el camino algo extraño les sucede, que les lleva a adentrarse en una suerte de cambio temporal que les enfrenta a su yo del pasado y les hace ver la importancia de vivir el presente… ¿serán capaces de dar el paso? ¿Conseguirán llegar a tiempo a su celebración? Mientras, en el chalet, Nacho suelta a bocajarro a Marina que se ha acostado con María, lo que deja rota a la chica y no llega a desvelarle que acaba de descubrir que está embarazada.