Después de ser abatida por el viento, Yun Se-ri, que iba en parapente, se despierta en el lado norte de la zona desmilitarizada coreana. Allí la encuentra Ri Jeong Hyeok.

Tras hablar con Jeong Hyeok y sus camaradas para que la escondan en su casa, Se-ri ve en qué condiciones viven allí. Gu Seung-jun paga para que lo acojan en Pyongyang.

Jeong Hyeok se inventa una historia rocambolesca para explicar la vida de Se-ri, pero a Cho Cheol Gang no se le engaña tan fácilmente. Seo Dan regresa a Corea del Norte.

Cuando fracasa su plan de huida, Se-ri recurre a otra idea para poder escapar. Dan se dirige al pueblo para ver a Jeong Hyeok.

Siguiendo los deseos de sus padres, Jeong Hyeok acepta adelantar su boda con Dan, pero a cambio les pide un favor. Seung-jun cree ver a Se-ri.

Dan se enfada cuando se entera de que Jeong Hyeok y Se-ri están juntos en un hotel. Entretanto, Seung-jun hace todo lo posible para intentar salvarse.

Se-ri tiene plaza en un avión para irse de Corea del Norte, pero, incapaz de abandonar a Jeong Hyeok herido, pone rumbo al hospital y no al aeropuerto.

Mantener a Jeong Hyeok alejado de Se-ri resulta mucho más complicado de lo que Seung-jun pensaba. Cheol Gang, por su parte, sigue tras la pista de Se-ri y Jeong Hyeok.

Se-ri se enfrenta a su secuestrador. Jeong Hyeok se ve obligado a extender un rumor increíble sobre sí mismo para escapar de las garras de Cheol Gang.

De vuelta a su cómoda vida de siempre, Se-ri toma las riendas del negocio, pero siente que le falta algo. Jeong Hyeok va tras Cheol Gang.

Jeong Hyeok debe adaptarse a un mundo totalmente diferente. En Corea del Norte, Seung-jun se queda desprotegido y Dan le ofrece un sitio donde vivir.

Con la esperanza de ver a Jeong Hyeok, sus compañeros asisten a un evento que ha organizado la empresa de Se-ri. Seung-jun se sincera con Dan mientras comen.

Se-ri manda a los compañeros de Jeong Hyeok de compras para pasar algún tiempo a solas con él. Jung Man Bok se encuentra entre la espada y la pared.

Mientras Jeong Hyeok cuida de Se-ri, sus compañeros echan una mano a su manera. Seung-jun no deja de preocuparse por Dan.

Los agentes surcoreanos tratan de averiguar lo que está pasando, pero obtienen testimonios contradictorios. Seung-jun huye de sus captores.

Antes de marcharse, Jeong Hyeok deja una sorpresa que perdurará en el tiempo. Dan logra por fin hacer justicia, pero le produce sentimientos encontrados.