Hajime y sus amigos acompañan a Liliana, la princesa del Reino de Heiligh a una misión diplomática al Imperio de Hoelscher. Por el camino, descubren que el padre de Shea y parte de la tribu Haulia se encuentran prisioneros del Imperio.

Hajime y sus amigos llegan a la capital imperial para rescatar a los Haulia capturados por el Imperio de Hoelscher. Para colarse en el castillo imperial donde están cautivos los Haulia, Hajime solicita cierta estrategia al grupo de héroes.

Liliana solicita la ayuda del Emperador Gahard para reconstruir Heiligh y este acepta a cambio de ciertas condiciones. En medio de las negociaciones, Hajime y los otros también llegan a la capital y Gahard muestra un gran interés en ellos.

Hajime y los otros asisten a la fiesta de compromiso de Liliana y Baius. Mientras tanto, Kamu y los Haulia, con el apoyo de Hajime, comienzan a movilizarse en secreto para irrumpir en la celebración y asestar un golpe definitivo al Imperio.

Mientras en Verbergen se lleva a cabo la celebración de la victoria de la tribu Haulia sobre el Imperio, Shea guía a Hajime hasta un gran árbol en la parte de atrás de la aldea. Se trata del lugar donde fue enterrada la madre de Shea.

Justo cuando el grupo se dispone a comenzar a explorar el Laberinto de Haltina, Hajime inmoviliza a Yue, Tio y Ryutaro, que han sido suplantados por impostores. Mientras el grupo busca a los tres desaparecidos, un goblin aparece ante ellos.

Tras escapar del mundo de los sueños, Hajime deduce que la prueba del Gran Laberinto consiste en poner a prueba los vínculos entre amigos. Pero al alcanzar la parte más profunda se encuentran con unos seres que incluso Hajime teme.

Cuando una magia hace que sus sentimientos se inviertan, Hajime y sus amigos comienzan a odiarse entre ellos y, lo peor de todo, comienzan a ver a las cucarachas que se interponen en su camino como seres adorables.

Tras conquistar el Gran Laberinto de Haltina, Hajime y sus amigos obtienen de Lyutillis una pista sólida para regresar a su mundo. Más tarde, mientras se toman un breve descanso en Verbergen, Hajime le revela algo importante a Shea.

Una vez conquistados todos los grandes laberintos, menos uno, Hajime y el grupo viajan a los campos nevados de Schnee para abordar el laberinto final. Mientras tanto, queda claro que algunos miembros del grupo tienen problemas internos que resolver.

A medida que el grupo avanza más en el laberinto y llega a una zona donde todas las paredes heladas son reflectantes, como un espejo, comienzan los juegos mentales y Kouki es el primero en caer presa de los trucos del laberinto.

Además de señalar lo malvado que es Hajime, el laberinto comienza a señalar otras dolorosas realidades que Hajime intentaba ignorar. Mientras tanto, Shizuku se ve sometida a las mismas pruebas.

Hajime rescata a Shizuku justo a tiempo, cuando estaba a punto de sucumbir a la prueba del laberinto. Suzu, Ryutarou y Tio también enfrentan sus propias pruebas.

Yue nota algo durante su prueba y quiere advertirle a Shea al respecto, pero la frase de Yue desencadena la indignación de Shea.

La prueba de Kouki lo empuja a enfrentar sus inseguridades sobre Hajime de frente...

Hajime dejó inconsciente al atacante Kouki que se había fusionado con la ilusión, y llegaron a la parte más profunda de la cueva de nieve y hielo. Después de obtener toda la magia antigua, Hajime y Yue deciden crear una magia que les permita regresar a su mundo original.