Los hermanos Guerrero vuelven. Daniel y su compadre Caracaballo se encuentran acorralados tanto por la policía como por los colombianos y su desenlace puede ser fatal. Tomás sigue viviendo en su lujo de coleccionista de arte y narcotraficante junto a su mujer Sol y su hija Carmen, pero sabe que su tiempo se agota y tiene que buscar una salida para él y su familia. Por su parte, Clemente vive en el barrio junto a Lorena y su hijo, intentando llevar una vida tranquila alejada de sus hermanos, pero su pasado le persigue. Mientras tanto, la Inspectora Márquez sigue su cruzada contra los hermanos Guerrero y no parará hasta verlos entre rejas.

Tras salir vivo de su enfrentamiento con los colombianos y despistar a la policía, Daniel regresa al barrio poniendo en peligro la frágil tranquilidad en la que vive su hermano Clemente. Tomás ve como su cerco se aprieta y trama un plan para huir con su familia. Pero el destino de los Guerrero parece complacerse en jugar con sus vidas. La inspectora Márquez está muy cerca de cumplir con su deber de imponer la justicia y acabar con el imperio mafioso de los Guerrero. Cuenta con la ayuda de la subinspectora Bárbara y de la periodista Lucía aunque no va a ser tan fácil acabar con ellos. Entretanto, los Chitos buscan venganza y Clemente es el eslabón más débil.

El plan de Tomás para proteger a su familia no ha tenido éxito y su mujer Sol y su hija Carmen se encuentran custodiadas por la policía. Tomás consigue huir con su hermano Daniel. Como dos perros heridos y empeñados en aniquilarse el uno al otro, no les queda otra opción que seguir juntos: todo el mundo los busca y deben desaparecer para siempre. Márquez inicia una persecución para darles caza y no cesará en su empeño para atraparlos. El imperio de los Guerrero se desmorona y la situación se complica aún más cuando Carmen se convierte en el punto de mira de los colombianos y de unos primos de su madre.

Daniel y Tomás continúan con su fuga desesperada, sin recursos y solos cruzarán España buscando una posibilidad de escape. No lo van a tener fácil, toda la policía del país los busca y sus rostros aparecen en todos los informativos. En Madrid, Clemente ha logrado sobrevivir, pero se encuentra solo, sin sus hermanos y sin Lorena, que ha llegado al límite y le ha abandonado. Azucena y Luis siguen protegiendo a Carmen, pero Sol sabe que detrás de todo está su enorme ambición de dinero y poder. Mientras tanto, Márquez, tras recuperar a su hijo, recobra la energía y recurre a la ayuda de Bárbara para dar caza a los Guerrero. Quizá por venganza, obsesión o amor, ambas caminarán juntas sin saber que les deparará el destino.

Márquez y Bárbara siguen a los hermanos Guerrero hasta la costa de Portugal, lo tienen todo listo para capturarlos, ya sea vivos o muertos. Ajenos al cerco de la policía, Daniel y Tomás han organizado su huida en un barco pero las cosas no saldrán según lo planeado. Sol ha localizado a Carmen y espera el momento para arrancarla de las garras de su familia sin saber que Walter y los colombianos acechan y quieren cumplir en ellas su venganza. Clemente regresa a lo que queda de la casa familiar. Quiere volver a poner el imperio en pie y abre las puertas a los Chitos y a la gente del barrio. Está dispuesto a repartir el pastel siempre que él sea el rey, el nuevo Rey Guerrero.

Daniel, tras huir de la Policía en Oporto, no toma el barco hacia una nueva vida y decide volver a su viejo barrio. Tomás está herido y es llevado a Madrid. Márquez se tiene que conformar con un Guerrero, sin embargo, Blanca Villar, la mujer vinculada al poder que ha sucedido a Ortiz, se lo quita de las manos para tender una trampa a Walter y matar dos pájaros de un tiro. Márquez decepcionada, decide dejarlo todo, pero finalmente, escucha la voz de socorro de Sol y va al rescate de Carmen. Tomás consigue escapar de la emboscada con los colombianos y se reúne con Daniel y Clemente en la casa del viejo Abraham, son los Guerrero y dan miedo. Es el momento de pelear por el trono de las calles y volver a ser los dueños del barrio.