Diane Taillandier vuelve a la Ópera como maestra de ballet. Se reencuentra con las bailarinas que ha entrenado, especialmente con Zoé, a la que siempre ha estado unida. Diane insiste en que la estrella se distribuya en todas partes y a todas horas. Es un cáliz envenenado: la sobrecarga de trabajo pone a Zoé en peligro. Flora conoce a Pablo, un bailarín cubano que no la deja indiferente. La convence para que se presente a un concurso internacional, el prestigioso Gran Premio de Varna...

Seis candidatos serán elegidos por Diane para representar a la Ópera en Varna. Flora, admirada por la nueva maestra de ballet, lo da todo para ser seleccionada. Zoé, por su parte, trabaja al ritmo frenético que le impone Diane y está al borde del agotamiento. Durante un ensayo, ataca a Alec, el nuevo primer violín. En el calor de la discusión, ignoran una trampilla abierta en el escenario y se caen. El teatro de la ópera contiene la respiración, Zoë y Alec están gravemente heridos.

En el hospital, Zoë se ha despertado, pero su pierna está muy dañada. Su regreso a la danza parece estar en peligro. Flora, por su parte, se entera de que no ha sido seleccionada para Varna. Encuentra consuelo en los brazos de Pablo y decide arriesgarse: durante una Bayadera en el Garnier, aprovecha la ausencia de una bailarina para subir al escenario en su lugar. Su audacia da sus frutos y Diane la añade a la lista de los elegidos.

En un centro de rehabilitación, Zoë se esfuerza por volver a los escenarios. Su rutina se ve alterada por la llegada de Alec, en silla de ruedas. Obligados a vivir juntos, los dos se llevan bien... hasta que Zoé se va. En la Ópera, Flora y el grupo de Varna descubren la verdadera cara de Diane: acoso, humillación, manipulación psicológica... Pero Flora se lo toma con calma, es el precio que tiene que pagar para brillar.

En Varna, el grupo de Diane se encuentra con Sébastien Cheneau, su antiguo director de Danza. Un momento de respiro en un viaje que se convierte en una pesadilla. Abandonada por Pablo, que multiplica sus conquistas, Flora rechaza los avances de Valentín. Y atrae la ira de Diane, más dura que nunca, al ignorar sus consejos. Cuando es seleccionada para la final, la maestra de ballet se niega a prepararla. Flora sube al escenario pero, consumida por la ansiedad, es incapaz de bailar.

Zoé termina su rehabilitación y se prepara con Diane para su gran regreso a los escenarios. La maestra de ballet ya no oculta sus ambiciones políticas: ya se ve como Directora de Danza. Todavía conmocionada por lo ocurrido en Varna, Flora mantiene un perfil bajo. Pero cuando se da cuenta de que Aurore también ha sido acosada por Diane en la Escuela de Danza, la convence para que actúe. Sébastien vuelve a la Ópera para estrenar La Consagración de la Primavera. Alec también está de vuelta y pasa una primera noche con Zoé.

Flora y Aurore rompen la ley del silencio y denuncian ante Nadia Menour, la directora de la Ópera, los métodos abusivos de Diane... que es nombrada Directora de Danza. Como signo de rebeldía, Aurore va a clase con el pelo teñido de rosa fluorescente. Diane insiste en llevarse a la joven, Aurore se derrumba y le aparta la mano con violencia. Convocada al consejo disciplinario, es expulsada temporalmente. Pero muchos bailarines la apoyan y un viento de revuelta sopla en la Ópera.

En guerra con Diane, Flora y Aurore escriben un manifiesto y piden firmas. Valentín finalmente firma el día antes de su concurso de promoción. Diane se aferra a su trabajo a pesar del enfado que va creciendo. Zoé se niega a apoyarla y la directora y su protegida rompen. Sébastien propone a los llamativos bailarines una forma de hacerse oír de otra manera: el estreno de La Consagración se bailará al aire libre, en la plaza frente a la Ópera, en una auténtica fiesta de la danza.