Seis parejas y 15.000 kilómetros por delante. Este viaje va de volver a lo esencial: un mapa, una mochila y un compañero de ruta junto al que tomar decisiones a lo largo del camino. No podrán coger un avión para avanzar. Sólo medios terrestres y marítimos. Además, sólo cuentan con 1.300 euros para afrontar uno de los mayores retos de su vida: recorrer 8 países en dos meses, en una aventura que les atravesará el alma. Acostumbrados a otro tipo de vida, estos 12 personajes públicos están fuera de su zona de confort. Sin teléfonos ni tarjetas de crédito, sólo podrán apoyarse en la red de ayuda que les ofrezca quienes se crucen en su camino.

Paula nos muestra la transformación de parte de Medellín. Años de cambio han logrado que algunos barrios dejen de ser un foco de violencia para convertirse en uno de los epicentros del arte colombiano. En la Comuna 13, la gallega disfrutará de los coloridos muros y conocerá cómo la gente local se orienta en esas calles tan singulares: los dibujos de las vacas sirven de guía. También conocerá la historia de la mítica señora Mélida, una vecina sexagenaria que ha vivido todo el proceso de cambio de la ciudad. Mélida antes era minera y ahora puede pasear por las calles admirando los murales. E incluso puede verse reflejada en uno de ellos. Además de disfrutar de la trova y de las arepas, Paula buscará el restaurante de una de las colombianas más internacionales: la cantante Karol G, ‘la Bichota’ En Santa Elena descubrirá las técnicas de la cultura silletera, una antigua tradición que permitía a las agricultoras trasladar su producción en unos soportes que se colgaban en la espalda.

Las parejas parten de Ecuador y se dirigen a Perú, cuna de las culturas precolombinas y capital mundial de la gastronomía. Es la etapa más larga de las recorridas hasta el momento: 2.200 kilómetros que finalizarán en el oasis peruano de Huacachina. Los largos viajes en bus les permitirán descubrir los contrastes del paisaje y sus propias contradicciones. Pasarán jornadas de 22 horas en la carretera y conocerán la vida itinerante de algunos viajeros autóctonos. En el camino, además del ceviche, algunos comerán ‘cuy’- la rata ecuatoriana- o filetes de llama. En las paradas, trabajarán para hacer crecer un presupuesto que se resiente a cada paso del camino. Yolanda y Ainoa recolectarán almejas en los manglares, mientras que Andrea disfrutará de localizar ballenas en libertad con un instructor muy especial para ella. Sin embargo, esta vez no podrá acompañarla su amiga Jedet. Los kilómetros han causado estragos en la salud de la actriz y ninguna de las dos sabe si finalmente podrán llegar.

Tras cinco semanas de viaje, cada paso cuesta un poco más. Salir del desierto peruano de Huacachina, rumbo hacia Bolivia, no va a ser tarea fácil. Las distancias son largas y la altura aumenta al atravesar la geografía andina. El aire escasea y comienzan las molestias, porque el mal de altura se convertirá en el enemigo silencioso de esta etapa. Además, los participantes empiezan a notar la reducción del presupuesto y se dan cuenta de que aún les falta la mitad de esta aventura. Si quieren llegar a Ushuaia, han de cambiar su modo de avanzar. Muchos sustituyen los hoteles por buses nocturnos, que les permiten avanzar más rápido en la carrera y ahorrar una buena cantidad de dinero. El ingenio se agudiza y al llegar a La Paz- la capital de Bolivia- la cautela también. Aunque no en todos por igual.