Geumbok llega a Seúl con el sueño de convertirse en actor, sólo para ser víctima de una estafa inmobiliaria que lo deja sin hogar. Para sobrevivir, acepta un trabajo en una cafetería y se pone un disfraz de mascota para atraer clientes, pero termina siendo objeto de burlas e intimidación. Justo cuando comienza la desesperación, aparece un hombre misterioso llamado Bihyung, y su aura abrumadora ahuyenta a los demás. Para sorpresa de Geumbok, Bihyung lo abraza y le susurra: 'Tú eres mi maestro', lo que marca el comienzo de un fatídico enredo.

Bihyung, el rey de los duendes mitad humano, mitad divino, tiene una debilidad fatal; a diferencia de otros de su especie, no puede absorber la esencia humana para sobrevivir. Sin conocer nunca a su maestro destinado, ha soportado siglos de fragilidad y soledad. En la actualidad, Bihyung lleva a Geumbok a su casa, donde su compañero de cuarto Gildal descubre algo extraordinario: por primera vez en mil años, Bihyung no muestra ningún rechazo hacia un humano, e incluso sus heridas comienzan a sanar. Tentando a Geumbok con un alquiler gratuito, Gildal lo invita a quedarse, decidido a descubrir el vínculo secreto entre ellos.

Hace mucho tiempo, hubo una piedra guardiana transmitida de generación en generación, que se cree que es un fragmento del dios de la montaña que podía distinguir el bien del mal en los corazones humanos. Bihyung descubrió esta piedra y la invitó a unirse a él para proteger el mundo. La piedra tomó forma humana y recibió el nombre de Gildal. En la actualidad, Geumbok ayuda a Gildal con las tareas del hogar y Gildal revela que se parece a alguien del pasado de Bihyung que desapareció misteriosamente. Mientras tanto, Bihyung siente una extraña aura alrededor de Geumbok. Samshin le advierte que esta energía podría atraer espíritus y monstruos, poniendo a Geumbok en gran peligro.

Un niño nacido entre un humano y un zorro de nueve colas fue rechazado por ambos mundos y deambuló solo hasta que conoció a una reina que despertó su pasión, dándole el nombre de Jigwi. En el presente, la puerta espiritual de Geumbok se ha abierto, atrayendo espíritus malignos hacia él. Para protegerlo, Bihyung hace un contrato para compartir temporalmente su poder. Con la esperanza de parecer más seguro, Geumbok visita una clínica de cirugía plástica, donde el apuesto médico resulta ser el propio Jigwi, quien audazmente lo invita a salir.