Los animales comemos para sobrevivir, es el instinto más básico, el más fundamental.

Los insectos... su número y diversidad los convierten en los verdaderos dueños de la Tierra.

El fruto del deseo, fruto prohibido, fruta de la pasión. La fruta es, al parecer, algo muy deseable... y muy apetitoso.

Cualquiera, animal o humano, puede estar en el menú.

Las grandes llanuras herbáceas son como un restaurante gigante.

Algunas ciudades son como un enorme buffet completamente gratuito.

Las selvas y los bosques son como un gran bar de ensaladas.

Hermosas arenas doradas bañadas por mares cristalinos, plácidos... o furiosos.

Los más jóvenes tienen sus propios gustos y necesidades.

Un carnívoro es, literalmente, un devorador de carne.

El pescado se conoce comúnmente como una fuente de alimento ligera, muy delicada y sabrosa.

En la naturaleza existen muchos utensilios diferentes.

El mundo es como una gran delicatessen.

Dependiendo de dónde estés en el mundo, comer con las manos puede ser una señal de buenos o malos modales.

Las dietas de los animales son muy variadas, pero lo que beben siempre es lo mismo: agua.

En algunas latitudes, antes de que llegue el invierno, parece que la naturaleza entra en una especie de frenesí nutricional, ya que plantas, árboles y arbustos muestran sus mejores frutos.

Los ecosistemas acuáticos son los más productivos del planeta: están llenos de vida y energía.

Los anfibios casi siempre viven en condiciones húmedas o mojadas.

Los mariscos son un platillo delicioso, muy valorado por los paladares más exigentes.

Tener un gran banquete es algo muy diferente a picar tapas.

Casi en cualquier lugar que miremos hay algo que podemos comer, y algunos alimentos adquieren un valor especial durante la temporada de apareamiento, el tiempo del amor y la reproducción.

Las flores están entre los regalos más hermosos que la naturaleza tiene para ofrecer.

En este restaurante llamado Tierra hay dos tipos de clientes: los glotones y los ascetas.

A la hora de comer, muchos animales prefieren compañía. Y sus compañeros de comida ni siquiera necesitan ser de la misma especie.

Sentarse a comer en la mesa siempre requiere cierto grado de orden y civilidad, de buenos modales y cortesía.

Comer es una parte fundamental de la vida de todos los animales. Sus dietas pueden variar enormemente - carne, frutas, hierba, pescado - pero todos tienen algo en común.