La vida en la Tierra se caracteriza por su enorme riqueza. Incluso hoy, gran parte de su superficie está cubierta de bosques y selvas. Esta serie viaja a algunos de los principales bosques y selvas del mundo, ofreciendo una visión completa de su fauna, biodiversidad e importancia para la vida en el planeta.

Las selvas de Borneo y el Sudeste Asiático figuran entre las más antiguas del mundo, con casi 15 millones de años. Están habitadas por una fauna única y exclusiva, orangutanes, osos del sol, lagartos voladores, flores de rafflesia gigantes, macacos y cálaos.

Los bosques de manglares, que crecen a lo largo de las costas en los trópicos, tienen un aspecto mágico. Estos bosques y sus habitantes, como monos probóscide, langures, saltarines del fango y jabalíes barbudos, dependen de las mareas.

El sur de África alberga un bosque inusual que pierde sus hojas durante la estación seca. El árbol de Mopane, o árbol mariposa, es el principal exponente de este comportamiento. En este peculiar paisaje viven elefantes, hienas, leones, monos colobos, águilas y pájaros ratón.

Los bosques de laurisilva de las Islas Canarias son reliquias de más de 20 millones de años. Crecen en el interior de algunas islas, donde los vientos arrastran nubes y brumas. Son selvas llenas de animales extraños y únicos, como las palomas de Laurel y de Bolle, lagartos, caracoles y aves rapaces.

La selva tropical de Madagascar está habitada por lémures cuyos aullidos al amanecer y al anochecer llenan el bosque. En este ecosistema único sobreviven más de 14 especies de lémures, 30 de camaleones, extrañas y llamativas aves e innumerables insectos.

En California, las secuoyas prosperan en distintas cordilleras, batiendo todos los récords de altura. Bajo sus copas viven animales tan diversos como osos negros, coyotes, ovejas de montaña, wapitíes y ardillas, entrelazados en una compleja red.

Casi todas las plantas están armadas de espinas como puñales en el Bosque Espinoso de Madagascar. La fauna que habita este bosque incluye sifakas, camaleones, lagartos de tres ojos, tortugas radiadas y muchas aves endémicas. Todos ellos se han adaptado a la vida entre las afiladas espinas y la sequía permanente.

Los bosques de eucaliptos de Australia se han adaptado a los distintos entornos de la isla más grande del planeta. Sus bosques albergan una variada y llamativa colección de animales salvajes, como koalas, canguros arborícolas y ardillas voladoras.

La península de Florida está dominada por una inmensa riqueza de bosques, concretamente humedales y pantanos. Aquí crecen cipreses calvos y muchas otras especies de árboles que sobreviven en este mundo anfibio y dan cobijo a ciervos, caimanes, cigüeñas y águilas.

La Taiga es el bosque más extenso del mundo y ocupa las regiones septentrionales de Norteamérica, Europa y Asia. Este bosque, aparentemente infinito y sometido a las condiciones ambientales más duras, está habitado por enormes osos, glotones, lobos y alces.

La selva nubosa es un ecosistema único que crece en regiones ecuatoriales, encaramado a cumbres de más de 2.000 metros, donde las nubes depositan agua permanentemente y el clima es frío. Aquí se encuentran el quetzal, colibríes, gatos monteses y monos.

El interior de Madagascar es seco y montañoso, y los bosques que allí crecen pierden sus hojas durante la estación seca, salvo los que se refugian en estrechos cañones erosionados por los ríos. Estos bosques albergan lémures de cola anillada, cuervos piadosos, varias especies de tenrec y camaleones únicos que soportan las duras condiciones ambientales.

El entorno del sur de Europa y el norte de África es el territorio perfecto para los robles, enormes árboles cuyas ramas pueden albergar más de 300 especies de animales, desde el águila imperial, en peligro crítico de extinción, hasta colonias de cigüeñas, ginetas y ratones.

Uno de los bosques más extraordinarios del mundo crece sobre conos volcánicos, entre rocas y cenizas. Se trata del pino canario, capaz de crecer después de un incendio. Su adaptación le ha permitido colonizar algunos de los ecosistemas más duros.

Los ríos del hemisferio norte están naturalmente flanqueados por bosques adaptados a las inundaciones periódicas. Son bosques altos y frondosos, escondites de nutrias y hurones, y cuyas ramas dan cobijo y sustento a colonias de garzas y ciervos.

En el norte de África y el sur de Europa hay bosques que sólo crecen en las cumbres más altas de las montañas, ecosistemas únicos de singular belleza que albergan una variada fauna salvaje, como los monos de Barbary, el águila pescadora, las ovejas de Barbary y la cabra montés ibérica.

Las enormes extensiones de olivares que rodean la región mediterránea son un bosque humanizado donde los árboles crecen de forma ordenada. Italia, España y Grecia se benefician de este ecosistema humanizado, habitado por una fauna diversa.

Las selvas tropicales africanas son las más antiguas del mundo. Están habitadas por gorilas, chimpancés y okapis. La biodiversidad de estos bosques incluye millones de insectos, aves y pequeños mamíferos desconocidos.

En el hemisferio norte, los bosques están adaptados a la estacionalidad extrema de inviernos muy fríos y veranos calurosos y húmedos. Es el bosque de caducifolios, cuyas hojas cambian de color a lo largo del año y se pierden en invierno.

Los bosques neotropicales de Sudamérica se extienden por enormes territorios con una increíble diversidad de árboles y plantas. Orquídeas y bromelias crecen en las ramas, formando un bosque colgante.

Las regiones costeras del Viejo Continente están ocupadas por un bosque perennifolio que llega hasta el mismo borde del mar. Este bosque está adaptado a la falta de agua y a las altas temperaturas y está habitado por una colección especial de fauna, como los camaleones.

Una mirada a los bosques de algunas regiones de América Central y del Sur que sobreviven adaptándose a las sequías y a la humedad intermitente y sirven de hábitat a grandes árboles, agutíes, pumas, lagartos y ciervos.

Algunos de los bosques con más carácter del mundo son los de sabina. Cada sabina tiene su propia forma. Los bosques de sabinas son abiertos y están adaptados a climas fríos y secos. Son de una belleza única, emergen de entre las rocas desnudas.

Una frágil franja de bosque tropical se extiende a lo largo de la costa oriental de la enorme isla de Australia. Es una selva única, acariciada por las lluvias y la humedad, lugar de refugio de una fauna muy variada que vive exclusivamente aquí, en los confines del gran paraíso australiano. Sea testigo de los encantadores bosques pluviales australianos, donde bailan los pájaros enramados y los canguros trepan por los árboles. Explore la sinergia única entre plantas y animales, ya que determinadas especies de aves desempeñan un papel vital en la conservación de la exuberante vida arbórea.

Una mirada a cómo la conservación de bosques y selvas es vital para muchas especies, y la única garantía para que las generaciones futuras disfruten de estos preciosos tesoros.