El jugador de béisbol Kim Je-hyeok recibe una orden de prisión completamente inesperada solo unos días antes de viajar a Boston para unirse a los Red Sox.

Falta una semana para la apelación de Je-hyeok y todos parecen seguros de que ganará el caso. Seagull le exige a Errand Boy que le consiga un cuchillo de contrabando.

Tras ser trasladado a una nueva prisión, Je-hyeok comparte la celda con un interesante grupo de reclusos y empieza a trabajar como carpintero.

Hay en juego un gran premio para el concurso de canto y los reclusos no dejan de practicar. Je-hyeok necesita permiso para recibir atención médica externa.

Tras el importante anuncio público que tanta tristeza provocó, Je-hyeok empieza a interesarse por otras profesiones. La puesta en libertad de Jean Valjean es inminente.

La llegada de un nuevo preso tiene a todo el mundo tenso. En la cárcel se desarrollan varias competiciones. ¿El premio? Cajas de ramen... y algo más.

Nadie parece saber qué tipo de persona es realmente el capitán Yoo. Crece el descontento hacia el nuevo jefe en la carpintería.

El doctor Ko necesita ir al hospital por su dolor abdominal. El capitán Na está más reacio que nunca a concederle el permiso para ir debido a la próxima auditoría.

Una nueva remesa de reclusos, incluido un tipo especialmente problemático, llega al ala de Joon-ho. Por su parte, Min-chul trata de averiguar qué le preocupa a Dr. Ko.

La posibilidad de que el capitán Yoo tenga un nuevo juicio depende de que un testigo testifique. Uno de los reclusos de la celda de Je-hyeok se prepara para despedirse.

Min-chul y el resto de compañeros de celda de Je-hyeok tienen una misión: protegerle del nuevo recluso y sus ansias de venganza.

Mientras decide en qué equipo jugará, Je-hyeok pone una condición muy impropia de él. Entretanto, Crony sigue rumiando su pérfido plan.

Je-hyeok necesita hablar con Ji-ho mientras aún tiene permiso para llamar, pero el tiempo se agota. Sus compañeros de celda comparten detalles sorprendentes de sus vidas.

Cuando las cosas parecen ponerse de cara para Je-hyeok, llega otra catástrofe. Looney y Jung-woo siguen peleando como niños pequeños.

Alguien trama un plan para convertir en un infierno los meses de prisión que le quedan a Je-hyeok. Min-chul espera impaciente la decisión sobre su libertad condicional.

La vida en prisión puede ser demasiado hasta para un hombre tan decidido y paciente como Je-hyeok, que toma una decisión drástica.